sábado, 22 de junio de 2013

UN DESAFÍO DE FE, SER PADRES

El privilegio de ser padres es tan grande, que solo es comparado con el tamaño de la responsabilidad que esta designación tiene. Tantas facetas que el hombre vive en su rol de padre, que sería muy complicado abarcarlas todas en un artículo breve como este. Pero creo que una de las más desafiantes es la sensación de impotencia que vivimos frecuentemente cuando las cosas se nos salen de las manos. La familia espera que el padre, se encargue y solucione las situaciones complicadas que surgen, pero no siempre es posible. Es ahí precisamente, cuando este lindo privilegio se convierte en una angustiosa carga.



Jairo; aquel hombre importante, jefe de la sinagoga, que menciona los Evangelios; vivió una situación que ilustra perfectamente lo que estoy tratando de decir. Su hija, de solo 12 añitos, está agonizando, al borde de la muerte, y todos sus esfuerzos han resultado inútiles. Son esos momentos en que todo lo que tenemos, sea mucho o sea poco, no nos sirve para nada. A pesar de toda su distinción, de su importancia, seguramente de su poder económico, Jairo estaba desecho. Estaba invadido por el temor y completamente desesperado.

En ese instante, Jairo decide ir a Jesús. Se quita su ropaje de personaje ilustre, deja a un lado su dignidad, se olvida de su posición en medio de la comunidad, y  aborda al Nazareno para rogarle que haga algo por su hija. Todo su temor lo llevó a los pies de Jesús y abrazó la alternativa de la súplica. No negoció, no adornó su dolor, no escondió su frustración, simplemente rogó. El Señor accedió a acompañarlo. Siempre lo hace. Cualquier padre que se acerca a él, desnudando su dolor y dispuesto a depender totalmente de él, nunca lo rechaza.

Camino a casa, salió al encuentro una mujer enferma, que retrasó la llegada del Maestro. Jairo sólo guardó silencio en forma paciente, y cuando por fin reiniciaron el camino al lecho de enfermedad, fueron interrumpidos por los mensajeros que eran portadores de una nefasta noticia: Tu hija ha muerto. Cuando Jairo está listo para abandonarlo todo, para saltar del barco de la fe, vienen las inolvidables palabras del Maestro, para invitarlo a seguir a bordo: NO TEMAS, CREE SOLAMENTE.

No temas. Este hombre está petrificado de miedo. Y cómo creer si la última esperanza se fue con la noticia que acababa de recibir. Pero esas palabras siguen sonando hoy para todos aquellos padres que enfrentan situaciones similares a la de Jairo… NO TEMAS, CREE SOLAMENTE. Para aquellos que sienten que no han podido dirigir con sabiduría la vida de sus hijos, Dios les dice hoy, “No temas, cree solamente”. Para aquellos que a través de sus decisiones han afectado la vida de sus cónyuges, Dios les dice hoy, “No temas, cree solamente”. Para aquellos que no han sido prudentes en el manejo de su economía y hoy están en situaciones difíciles, Dios les dice hoy, “No temas, cree solamente”.

Créele al Señor, coloca tu temor a sus pies y sométete a la agenda del Maestro. Él nunca llega tarde. Frente a aquellas cosas que como padres no somos capaces de manejar, él sabe cómo hacerlo. No existen situaciones clausuradas para él. Recuerda… cuando tus ojos solo puertas cerradas, déjate guiar por él, hay mucho más allá de los que tus ojos ven y recuerda, escucha… NO TEMAS, CREE SOLAMENTE.




Con cariño para todo los padres que luchan por ver cumplido el plan de Dios, en cada uno de los miembros de su hogar y sobre todo para el mejor, mi Padre, el Hermano JUAN. Gracias por mantener mi vida anclada al propósito de Dios, aun cuando estuve a punto de naufragar en medio de las tormentas de mi necedad. ¡Gracias!

jueves, 16 de mayo de 2013

¡FELIZ CUMPLEAÑOS NENA!


Ser padre es indudablemente lo más grandioso que me ha pasado en la vida. Creo que este privilegio es tan apreciado por el parangón que existe con la designación más frecuente que la Escritura hace de Dios, “El Padre”. Fuiste TU, la que veintiún años atrás me hizo por primera vez Padre. De todas las cosas que he conseguido en esta vida, nada me hace sentir más orgulloso que ser padre y sobre todo el ser Tu Padre. Gracias nena.

En la Clínica. Por primera vez en mis brazos. Qué experiencia tan emocionante

Hoy estoy convencido que el cielo se ha empeñado en bendecirme, aunque estoy muy lejos de ser un buen candidato para eso. Llegaste en un momento en que quizás no estaba listo para recibirte, varias decisiones daban vueltas por mi cabeza, mi proyecto de vida residía en estado nebuloso, pero tu presencia cambió todo. A pesar de no tener todas las respuestas, a pesar de no tener claridad sobre el camino a seguir, a pesar de no estar listo, el solo verte, le imprimió a mi existencia una razón poderosísima para seguir viviendo. Hasta ese momento la vida sólo tenía sentido al pensar en un encuentro con el creador al final de la misma, pero comprendí que mientras ese momento llegaba; si podía verte crecer y saber que estabas ahí, el peregrinaje resultaría más alentador.

El día en que oficialmente tomaste el nombre de "Eddy Angélica"

Los años han pasado, no he disfrutado en verte crecer en sus detalles más pequeños, pero no he dejado de apreciar la mano de Dios guiando cada uno de tus pasos, aun los que dabas con tus piececitos torcidos (una no tan grata impronta genética que nos une). Cada día, desde aquel 16 de Mayo de 1992, al levantarme, mi oración es para que Dios nunca aparte su mirada de tu existencia y al verte hoy, puedo estar seguro que mi plegara ha sido contestada siempre. Ves porque me siento bendecido por el Cielo.


Qué hermosa mujer en la que te has convertido. Dios te bendiga siempre

Hoy al verte convertida en la hermosa mujer que eres, llena de sueños, promediando exitosamente una carrera profesional, con un horizonte inmenso desplegando frente a ti, solo puedo darle gracias a Dios. Gracias muñeca, por hacerme padre por primera vez, por llenar mi vida de tanta satisfacción y orgullo, porque tú y tus hermanos, me permiten apreciar en su dimensión terrenal el misterio de la eternidad. Y gracias, porque aunque han pasado veintiún años, hay una cosa que no cambia… cuando te miro, mi corazón se llena de gratitud a Dios y mis ojos de lágrimas (como aquella primera vez que te tuve entre mis brazos).

Feliz cumpleaños mi nena hermosa y nunca olvides que te amo… con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas.

Tu Padre (El Pastor Angel).

lunes, 1 de abril de 2013

ESTABAN AHÍ


Uno de los detalles del Evangelio que ha generado polémica y múltiples teorías especulativas, es la selección de aquel par de mujeres llamadas María, para recibir el anuncio de la resurrección. Algunos incluso se han atrevido a proponer que el asunto se debe a la relación afectiva que el Señor tenía con una de ellas, María Magdalena, por eso fue que el Señor la buscó a ella primero, afirman. Pero el cuestionamiento sigue en el aire. Por qué no el discípulo amado; por qué no el líder natural del grupo, el impulsivo Pedro; por qué no José de Arimatea, el generoso donante de aquel sepulcro sin estrenar. ¿Por qué precisamente ellas?



Mateo nos ayuda con su relato a mirar con exactitud la razón de dicha escogencia (Mateo 28:1): "Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro".

Aquella madrugada de domingo, estas dos mujeres, las Marías, emprendieron camino rumbo al sepulcro donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. Seguramente en medio de la oscuridad y sin grandes expectativas, fueron a encontrarse con el cadáver de su Señor. Ellas fueron las últimas en abandonar la cruz, siguieron el cuerpo sin vida hasta la tumba, y el viernes cayendo la noche se marcharon de aquel lúgubre escenario. Las últimas en irse y las primeras en llegar.

Su única preocupación era la pesada piedra que sepultaba a su Maestro y que seguramente los guardas no accedería a correrla. No esperaban nada más allá de eso. Pero los ojos bondadosos del Dios de la gloria las observaba. La mirada divina seguía sus nostálgicos pasos y entonces les preparó una sorpresa…

"Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos. Mas el ángel respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús el que fue crucificado"

El telón del cielo se corrió, Dios envío un mensajero celestial, no solo para remover la piedra y que ellas pudieran ser las primeras en observar la tumba vacía, sino que también les preparó luces naturales, les movió los cimientos de la tierra y como si fuera poco, fueron sus oídos los primeros en escuchar el más glorioso de los anuncios. El silencio del viernes terminó y sólo ellas lo escucharon: "No está aquí, pues ha resucitado,..."

¿Por qué solo ellas? Sencillo, porque solo ellas estaba ahí. Los demás durmieron hasta tarde, su dolor no les permitió emprender camino tan temprano, algunos iba ya, rumbo a sus ciudades y pueblos de origen. Ellas vinieron a buscarle de madrugada. No hay nada más gratificante que buscar al Señor temprano. La selección no la hizo el cielo, fueron ellas las que eligieron estar ahí.

Ellas fueron sin expectativas, sin esperanzas, sin pretensión alguna, pero fueron a buscarle temprano y Él las sorprendió, abriendo para ellas el baúl de su gracia. Cuantas veces el Señor no se habrá quedado esperándonos temprano, Cuantas citas no hemos incumplido y nos hemos perdido todo aquello que él ha preparado para nosotros. Cuántas respuestas, cuántas palabras, cuántas manifestaciones de su poder y su provisión, se han quedado en sus manos porque nosotros no llegamos. Nada es más gratificante que buscarle temprano. Este par de mujeres estaban ahí… Ahí donde muchas veces nosotros no hemos estado. Por eso el sabio nos regala está máxima… “Yo amo a los que me aman, Y me hallan los que temprano me buscan” (Proverbios 8:17). Ellas fueron en busca de un cadáver y se encontraron al Cristo resucitado, fueron a ver una tumba y pudieron apreciar el trono del Rey de reyes y Señor de señores.

Que no se nos olvide… Nada es más gratificante que buscarle temprano.

Con fraternal cariño, en Cristo Jesús (el Resucitado)
El pastor Ángel