“Gracias Padre, por
permitirme conocerte a través de mi padre”.
Tenía una sonrisa de
comercial, pero no la usaba con mucha frecuencia. Mi padre fue un hombre seco,
de pocas palabras y en muchos momentos inexpresivo. Irónicamente era un hombre con
un gran sentido del humor. Un humor inteligente, un humor que invitaba a la
reflexión, a veces hasta al sarcasmo. Parecía tener un dosificador verbal. No
despilfarraba palabras, pero cuando hablaba, uno no podía hacer caso omiso a
sus declaraciones, porque el tiempo siempre respaldó cada una de sus frases. Si
no prestabas atención a alguna cosa que él pronunciaba, más tarde o más
temprano, el eco de esa declaración, volvía a ser audible a tu oído.
Siempre me pregunté de
dónde había sacado mi padre esa capacidad para ir un paso adelante en cada
circunstancia y poderla ver antes de tiempo. De niño esto fue mi tortura. Si me
escapaba, él sabía exactamente el lugar por donde iba a regresar, aunque
tuviera muchas alternativas. Si tomaba algo sin autorización, él sabía
exactamente dónde buscarlo, aunque me esforzaba por llevar mi creatividad al
límite al esconderlo. Él podía con una frase anticiparse a lo que te iba a
pasar si hacías esto, o aquello; y vaya si tenía razón… siempre.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNRKz921-Sfx0tz_Rkh0XKaDGRegjVMsFZj9KFv8DPyoVDbdaVqCeVITptwuSb1NJn4mKZolhBx2_j1HDdxzg11Fc9IYf4FH2FZYdINR0RWcHMCeBY9mcufPg5DewpcYuEqWbKspN4yu6-/s200/Donpan.jpg)
Ocupó todos los cargos
directivos y honoríficos que la misión para la que trabajó toda su vida, tiene;
pero nunca le gustaron los reconocimientos. Y no era una falsa modestia, de
verdad fue así. Nunca buscó que lo eligieran, que lo promoviera, que le
reconocieran, pero Dios, que conocía su corazón, le plació ubicarlo en lugares
como esos, cuando Él quiso. Alguien podía acusarlo de falta de ambición o de
visión, pero fue fiel a sus convicciones de vida. Cuando cumplía su periodo se
iba, nunca se aferró a poder, ni sacó ventaja de su posición.
Mi padre me dio mucho
de lo que él nunca tuvo. El creció en un contexto de pobreza extrema. No tuvo
la posibilidad de estudiar, y fue criado exclusivamente por su madre, la abuela
Lucila. No disfrutó de la figura paterna durante su formación. Él se preocupó
por darnos a mí y a mis hermanos, todo lo que necesitábamos y un poco más. Nos
animó y patrocinó nuestros estudios hasta donde quisimos aprovechar y nos
acompañó siempre durante nuestro crecimiento y formación. Estuvo ahí para
nosotros siempre y aunque no fue un ser humano perfecto (solo uno lo fue), hizo
por nosotros sus hijos, lo más importante que un padre puede hacer… todos pudimos
conocer a Dios por medio de él y sobre todo en él. Por eso puedo decir si
apartarme de la verdad ni un ápice, que mi padre me dio lo que él nunca tuvo,
pero sobre todo, me dio lo más valioso que él recibió, la vida de Cristo.
Hace un momento
mencioné que mi padre siempre estuvo ahí. Corrijo, siempre ha estado ahí.
Cuando pienso en él, puedo entender con claridad ese hermoso texto en
Apocalipsis 14.13: “Bienaventurados de
aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu,
descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”. En su caso, no solo sus obras, sino también sus
palabras, su consejo, su sabiduría. Sigue descansando papá, porque tu trabajo
no se ha detenido ni por un instante.
Mis hijos no disfrutaron el
privilegio de conocerlo más de cerca. No podrán hacerlo a través de mí, porque
aunque he querido imitarlo en muchas cosas, debo reconocer con cierta
frustración que este hombre dejó el listón (la vara) puesto a una altura
difícil de alcanzar. Pero mi esfuerzo hoy, es que ellos, mis hijos, puedan
reconocer en mí, al Padre que yo puede reconocer en él, el Padre celestial.
Gracias Padre, por el padre que me diste. Gracias papá, por siempre estar ahí.
Tus consejos y tu ejemplo no los silenció la muerte y hoy suenan con más
fuerza. Parece que el tiempo te ha hecho más elocuente. Un beso, hasta siempre
“Don Lincy”. Con amor y gratitud eterna, tu hijo Angel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario